La enseñanza de la auditoria de estados financieros constituye un reto de grandes dimensiones para quienes ejercen la docencia; los componentes fundamentales de esta especialidad deben transmitirse con realismo; es decir, ubicando a los estudiantes en el entorno que enfrentarán cuando comiencen sus actividades profesionales. Éste es el propósito más importante de este libro: ofrecer vida real; compartir experiencias dentro de los límites del secreto y la confidencialidad marcados por la ética.
La introducción describe los componentes fundamentales de la auditoria de estados financieros: desde el proceso para cotizar los honorarios y proponer el servicio al prospecto de cliente, hasta los objetivos y puntos esenciales de las tres etapas en que debe llevarse a cabo, con lo cual, profesores, estudiantes y lectores en general tendrán un marco de referencia para enfrentar los siguientes temas del libro, en donde se mostrará un caso práctico integral con información similar a la que se obtiene y maneja durante el examen de los estados financieros de una empresa.
En primer lugar se enuncian siete normas emitidas por el despacho de contadores públicos que protagoniza el caso práctico, en las que se describen el sistema de índices, los componentes básicos de sus papeles de trabajo e información de apoyo para profesores, alumnos y estudiosos de la materia. Estas normas ilustran, en forma enunciativa y no limitativa, uno de los principales componentes establecidos por las firmas de contadores públicos para fortalecer la calidad de sus servicios.
Más adelante, se presenta el caso práctico integral dividido en 24 secciones; cada una corresponde a un segmento de la estructura de la empresa cuyos estados financieros serán dictaminados.
En cada sección se incluye un resumen técnico sobre sus componentes, cédula de objetivos de auditoría, programa de auditoria y un cuestionario de control interno. Después de estos componentes, se presentan Guías con información rica en planteamientos y problemas reales que deben ser analizados, estudiados y resueltos en el marco de las cédulas de los objetivos y programas de auditoria, así como de los cuestionarios de control interno. Inmersos en estos datos, profesores y estudiantes vivirán una aproximación al escenario, los retos, las presiones y los dilemas que caracterizan el examen de los estados financieros.
Asimismo, relacionado con los dilemas, y como un valor agregado, se incluyen numerosos casos o planteamientos reales, que no se identifican con La Confianza, S. A. (cliente hipotético a que hace referencia este libro) pero que corresponden a situaciones que se enfrentarán inevitablemente en el ejercicio de la auditoria. Su discusión en grupo resultará enriquecedora dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Examen de ajustes al inventario derivados de conteos físicos.Para mayor abundamiento, en la segunda parte del libro se incluye una descripción técnica de conceptos fundamentales relativos a las cédulas de auditoria, su clasificación y las normas profesionales para su elaboración, manejo y archivo. Para complementar este material se ofrecen modelos ilustrativos de los principales papeles de trabajo que deben prepararse durante el desarrollo de la práctica, como las cédulas sumarias, analíticas y con:
- Examen de la suficiencia en la estimación de inventarios obsoletos o de lento movimiento.
- Prueba de costo o mercado para el inventario de mercancías.
- Prueba global sobre la razonabilidad del costo de ventas.
- Corte de formas al cierre del ejercicio y examen de eventos posteriores al activo, pasivo, capital contable y cuentas de ingresos, costos y gastos.
- Examen del cálculo del impuesto sobre la renta (ISR) y la participación de utilidades a trabajadores (PTU)
- Examen del ajuste al ISR y PTU diferidos.
- Obtención de todas las confirmaciones obligatorias para liberar la entrega del
La etapa es apasionante, un reto integral para el socio responsable, el gerente de auditoria, el auditor encargado y los auditores ayudantes. Después de varias semanas de trabajo intenso se conocen las fortalezas y debilidades de la empresa; las pequeñas y grandes dificultades para mantener o ampliar el mercado, contingencias y amenazas; los proyectos confidenciales para superar a los competidores; las necesidades que se enfrentan en materia de flujo de efectivo; la lealtad de algunos trabajadores y el protagonismo superficial de otros, incluyendo a ejecutivos de importancia. Todo ello, junto con los ajustes a registros contables derivados de las pruebas sustantivas, debe sopesarse, medirse y evaluarse en relación con su posible impacto en los estados financieros tomados en conjunto.
Dentro de los puntos finales que deben cumplirse durante la tercera etapa de la auditoria, destaca la obtención de las confirmaciones y declaraciones por escrito, que son indispensables para respaldar el dictamen: del secretario del consejo de administración, de todos los abogados y los bancos; también de los actuarios y las compañías afiliadas. La información proporcionada por estas personas físicas y morales puede conducir a identificar circunstancias y transacciones que deben revelarse en los estados financieros y que, eventualmente, no han sido registradas por la empresa.
Otro documento importante es la certificación de que los inventarios de mercancías que muestra el balance general están en adecuadas condiciones físicas, para su consumo en los procesos de producción o para su venta a clientes, con los márgenes de utilidad calculados por la empresa. Esta certificación debe firmarla un especialista con facultades legales para ello y debe incluir también el número de su cédula profesional. Imagina un caso de inventarios formados por azufre y mercurio con valor de 800 millones de pesos; el auditor examinó facturas, corroboró unidades físicas de pesos y de medidas, verificó el correcto cálculo de los costos, así como las aplicaciones contables respectivas; pero cerciorarse de que en los contenedores hay efectivamente azufre y mercurio es un reto que escapa a su capacidad profesional.
El último día de su estancia en las instalaciones del cliente, el auditor debe obtener otro documento indispensable para respaldar su dictamen, la carta de declaraciones de la empresa, firmada por el director general y por el funcionario de más alta jerarquía dentro del área que produce la información financiera que ha sido auditada. En este documento se ratifica la buena fe y apertura que tuvo la empresa para proporcionar al auditor toda la información verbal y documental requerida por él, sin omisión o manipulación alguna, para que su examen de los estados financieros pudiera llevarse a cabo de acuerdo con las normas de auditoria generalmente aceptadas.
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